Carlos J. Rosique / @XarlyRosique
El querer abarcar estilos tan
diversos como son los que componen el espectro entre el rock y el pop y todos sus
“hijos” hizo que la final del Creajoven fuera extraña. Extraña en el sentido de
que vimos una gran calidad musical (al menos la mejor de esta edición, según
los jueces), pero el público no acompañó por igual a todos los grupos ni en
apoyo ni en cantidad.
A las 8 de la tarde comenzaron
las actuaciones de los cuatro grupos que habían llegado a la final: La Maniobra de Q, Pingüin Esmerald, Funk-a-Boom
y PBSR. Tras ellos iba a tocar el
mítico grupo de heavy metal español Obús, verdadero reclamo para gran parte
del público como se pudo ver si comparamos la afluencia al inicio y al final.
La Maniobra de Q, indie para comenzar la velada / Carlos J. Rosique |
El público iba entrando todavía
cuando salieron al escenario La Maniobra
de Q. Este proyecto indie eran
unos grandes desconocidos para mi (aunque llevaban años en funcionamiento). Salieron
con ganas de pasarlo bien, no se les veía en ellos la presión de querer vencer
a toda costa. Lo dieron todo y se veía que estaban a gusto en el escenario. Este
es un proyecto sólido musicalmente, donde ninguno de los instrumentos destaca
sobre los demás. Suenan a conjunto, no a lucha de egos. De hecho, aunque
personalmente no entiendo este tipo de música, no llegaron a sonar mal, es más,
demostraron grandes dotes en el escenario, simpatía y ganas de tocar, que es lo
importante. Si tuviera que destacar algún fallo sería a la organización; el
suyo fue un concierto para verlo de noche, el usar humo y los efectos de luces
no fue tan espectacular con ellos como con el otro grupo indie PBSR, donde sí
destacó. Aun así, fue un gran directo. Pero no había una gran cantidad de
personas allí, una pena.
El grupo más metalero de la final Pingüin Esmeralda / Carlos J. Rosique |
Tras ellos empezaron a verse
camisetas negras entre el público. Obús es
un gran reclamo para todos los amantes de heavy
metal y si, además, salen a tocar unos muchachos metaleros como son Pingüin Esmeralda mejor que mejor. Con un
estilo cercano a Slipknot y System Of A Down (entre otros) demostraron que estas dos semanas que hace de
que los vimos han ganado en presencia en el escenario, han ganado fuerza. Su música
es igual de contundente al igual que su directo (solo tienen un momento “de
bajón” al tocar una canción más tranquila, pero es más por el cambio súbito que
por la música en sí). Más cercanos al público que los anteriores, derrochaban
fuerza por todos lados. Un gran concierto para los amantes del género más duro
y que nos hizo calentar motores para lo que nos esperaba.
Funk-a-Boom dandole caña a la noche / Carlos J. Rosique |
Y lo que nos esperaba era la
propuesta más interesante de las presentadas. No todos los días vemos un grupo
de funk, menos en nuestra Región. Pero
que, además, toquen con las ganas y la energía que lo hicieron Funk-a-Boom hay muy pocos. Con diferencia
el concierto de los grupos nóveles con más afluencia de gente (y fans), Funk-a-Boom salieron a darlo todo. Y lo consiguieron. Un sonido
potente, un directo muy divertido que nos hizo saltar y vibrar el rato que duró,
una presencia en el escenario del cantante apabullante. Lo dieron todo, se
notaba que deseaban ganar. Y el público lo pedía. Los gritos de ¡Funk-a-Boom, Funk-a-Boom! se siguieron
escuchando hasta después del concierto, hasta la llegada del grupo invitado. Personalmente,
los mejores de la noche sin menospreciar la calidad del resto de grupos.
PBSR, una propuesta diferente que les sirvió para vencer / Carlos J. Rosique |
Después del grupo más funk del concurso, notamos que el
ambiente se volvía más heavy. Quedaba
poco para Obús y la gente entró a
coger sitio mientras en el escenario tocaba el último combo de la noche, PBSR. Y con ellos (al igual que con La Maniobra de Q) llegó la reflexión:
¿es posible que grupos de géneros tan distintos como el heavy metal, el funk y la
música indie puedan competir? Las propuestas
son totalmente distintas y, para el especialista en un género, es muy difícil
notar las diferencias. Eso nos pasó con PBSR.
Tienen un directo potente, aprovechan su calidad musical (que está fuera de
toda duda) y lo hacen con un estilo propio, altamente personal. Pero para
muchos de nosotros, de los oyentes que habíamos ido, nos pareció algo extraño,
ajeno. No nos hizo vibrar como (espero) que deseen hacer vibrar a su público
pero porque no entendemos ese tipo de música. Y eso se notó en los fans que iban a ver a Obús. Pero aun así fue el preámbulo para
conocer quién sería el ganador del concurso.
PBSR ganó. Y el público se ensañó con ellos. Eso es algo totalmente
criticable porque los criterios del jurado no suelen seguir las decisiones del
público. Pero mi desconocimiento de ese tipo de música hace que sea imposible
que pueda apreciar la calidad de grupos como el ganador del certamen. Para mí
otros grupos estuvieron mejor, por ejemplo Funk-a-Boom
(terceros en el concurso). Y dentro del género indie me gustó más la propuesta de La Maniobra de Q (segundos) que la suya.
Esta decisión causó revuelo entre
el público. Gritos de ¡tongo, tongo! se escucharon mientras los cuatro grupos
salían del escenario y este lo preparaban para la gran atracción de la noche,
la banda heavy Obús, una banda que lleva 33 años en los escenarios con la misma
fuerza de siempre y ofreciendo un espectáculo impresionante.
Y no defraudaron. Salieron con
las pilas puestas, tocando todos sus éxitos (los que inmortalizaron en su
último disco en directo en la sala La Riviera de Madrid De Madrid al Infierno), hicieron temblar la noche murciana. El público
se desató al igual que la banda y demostró que, como ellos mismos dicen: el quinto miembro de Obús es nuestro público.
Un directo sin fallos, donde Fortu
(cantante) hizo las delicias de todos nosotros bailando y moviéndose como si de
una persona más joven se tratase. Una hora larga de concierto vibrante,
divertido, donde todos fuimos a pasarlo bien (menos una de las muchachas que
subió el cantante al escenario mientras les dedicaba una canción a todas las
mujeres, ella no se lo pasaba bien). Obús
demostraron por qué suelen ser cabezas de cartel (o segundas cabezas, pero
siempre arriba dentro de todos los eventos de nuestro país). Por su carisma, su
presencia, su simpatía, su calidad musical y por seguir más de 30 años en la
carretera.
Por todo ello Obús fueron, al menos para la mayor
parte del público que fue a verlos a ellos específicamente, los ganadores de un
Creajoven que demostró dos cosas:
- Unir dos géneros tan distintos como son el pop y el rock con sus respectivos “hijos” hace muy complicado elegir cual es el grupo con mayor calidad de los más de 50 que se presentaron al concurso. Tanto para los jueces como para el público.
- Murcia sigue siendo una comunidad con una gran calidad musical. Pero nos faltan salas, lugares para que los artistas (de cualquier género) demuestren que valen para este mundo. Y también concursos como Creajoven para apoyarlos otorgándoles de entrada una maqueta profesional y a los ganadores un gran empujón para seguir adelante.
¿Y a ti que te pareció esta final
de Creajoven?
Que grandes son Obús / Carlos J. Rosique |
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