domingo, 13 de abril de 2014

Amor y otros conciertos. Crónica de Iratxo en Murcia

Miguel Ángel Arnaldos "Miwel"

“Amor y otras guerras”. No se podía de llamar de otra manera el último disco de este madrileño adoptado, andaluz de nacimiento y muy marcado por su vida pasada en Navarra, Juanma Cifuentes “Iratxo”.  Producido por Kolibrí, para muchos, entre los que me incluyo, su mejor disco. Con un rock más maduro, un ska más divertido y potente y baladas cargadas de emoción y sentimiento es  el disco que más le refleja; todo es alma y corazón, plagado de inconformismo, conciencia, deseo, rebeldía, libertad, ilusión y siempre ganas de soñar. Como la vida misma. 


A muchos se nos iluminaba el alma cuando Juanma, siempre cercano tanto en conciertos como en las redes, anunció su fin de gira, que le llevaría por muchas ciudades de la Península.  Y a pesar de la pequeña decepción causada por la ausencia de su banda en Murcia, Juanma no decepciona. Sin bajo, sin batería, sin vientos y sin la potente guitarra de ”Gonzo” ; “Iratxo al desnudo”. Cargado con su vieja inseparable guitarra, y su desgastada y ligeramente rasgada voz.  Tal y como se desahoga, tal y como nacen cada una de sus canciones.

Cuando te plantas en la puerta del local, pasados cinco minutos de la hora anunciada como inicio, empiezas a respirar el aire que da vida a la música de Iratxo.  Juanma, sentado  con un amigo en la puerta de la Sala B, fumando, entre melancólico y cansado, rodeado de la gente que espera escucharle, siempre cercano, cambia la cara cuando un fan se le acerca, con muchas bromas y fotos para quien quiera. 23:40, todo listo, no hay banda telonera.

Iratxo en directo / Foto de Javier Jimeno

Ya con la guitarra colgada se olvida todo cansancio, propio de un viernes que da fin a otra semana de trabajo. Iratxo comienza con fuerza, sin vientos pero con un reggae-ska pasional marcado, combinando clásicos de sus primeros discos (“Madera de Olivo”, “Huele a Hierba” y “Tu Bufón”) con  una de las cuatro baladas que cierran este último disco (“Barro Seco”).  Has comenzado a volar, a reír con sus parones cargados de humor e interacción con su público,  a bailar, y a cantar. “(…) quiero volver a andar subido en las nubes, y sin miedo a caer porque tú estás debajo (…)”.

Tras este fuerte y divertido arranque con Juanma ya suelto entre risas, chistes, dedicatorias y anécdotas con el público, le procede su setlist de baladas, con la confesión ya anticipada por Facebook, “de vuelta en la Murcia de mis amores”. Un fijo para Iratxo donde colgar su guitarra (es su cuarto acústico en la región en once meses). Todo listo para mostrarnos su lado más íntimo y personal, sencillo, natural e intenso. Siempre con ganas de soñar, primeros acordes de “Nido de Golondrinas” seguidos cómo no por “María la Hierbabuena” y “Colmena de Agujas”, y cerrando finalmente con una de las nuevas canciones que dedica a todas las personas que le han acompañado durante su carrera musical.

Ya han pasado 40-50 minutos de concierto, y tras las baladas todos sabemos lo que viene: el descanso con mucho humo. A la puerta a fumar con Iratxo, entre los que se quedan con la melancolía y los que tienen ganas de reír y hablar con él.

Con las pilas renovadas y rock por los cuatro costados, así empieza la última parte del acústico. Con “Sangre azul” y su intro de balada acabando en puro rock urbano dando todo lo que pueda dar su vieja guitarra da paso a su repertorio más rockero: del  “Dónde está”, pasando por el ska potente de “Mi Trigal”, a “La Fiesta en Paz” (dónde en Amor y otras Guerras colabora el Drogas) con anécdota del Drogas en bicicleta incluida. Solo la vuelta de las baladas “Sueños” y otra de sus nuevas canciones (cargada de desamor) te da para recuperar aire para lo que está por venir.

Es hora de acabar y, como no puede ser de otra forma, con los pesos pesados del acústico; el rock callejero de “No me da la gana”, el principio de “Corazón de Mimbre”, el pupurrí de Extremoduro (“Ama ama y ensancha el alma”, “No me calientes que me hundo”) acabado con la que dice que es su frase favorita “Con lágrimas en los ojos, con el pene ensangrentado”, y cómo no, con dos de las baladas más increíbles que puedas encontrar; “Nana” y “Ciego”. Son las dos de la mañana: Iratxo se despide con su “Gracias por darme vida”. Y no te queda voz,  no te has dado cuenta. Se te ha olvidado todo, puedes volver a soñar.




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